miércoles, 22 de julio de 2009

Frío, sueño, hambre

Creo que no entiendo muy bien por qué las cosas resultan así, pero hoy fue un día extremadamente largo, triste y falto de cariño.

A las 2:30 am salía nuestro tren y tal vez por el cansancio y preocupación no logré conciliar el sueño.

Me quedé tranquila porque tendríamos 5 horas de viaje para que yo pudiera dormir un poco. Llegaríamos a las 7 am a Venecia y tomaríamos el avión a Madrid a las 10 am y llegar a la 1 pm. Ya en Madrid podría bañarme y dormir en una cama cómoda y esperar el día siguiente para regresar a México. Ese era el plan, ah, pero nada resultó como lo esperábamos.

A las 2 am estábamos puntuales en la estación del tren. El frío nos calaba pero aguantabamos porque estabamos por irnos. Nos tomamos fotos, sólo para ver nuestras caras desveladas en una estación de Eslovenia, oscura, sola y fría.

A las 2:30 se escuchó "El tren Budapest-Venecia" tiene 120 minutos de retraso". Volví a escuchar para ver si me estaba equivocando. Seguramente había dicho 20 y no 120, y tal vez no era nuestro tren, ¡era otro, seguro! Escuché el mismo mensaje 3 veces, pero a pesar de entender poco el inglés con acento húngaro, una y otra vez escuchaba "Venecia".

Luego me dio por las matemáticas, 120 minutos eran 2 horas... No puede ser, ¡2 horas!

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