Milagrosamente alcanzó la tarjeta para nuestro hospedaje, lo demás ya no tenía mucha importancia. A las 3 de la tarde nos preparabamos para dormir, ya no podíamos más.
Venecia, un destino que no contemplabamos nos arrullaría esa tarde.
-Hey, despierta, tengo hambre, voy a ir a comer algo.- Me dijo
Me asusté un poco porque yo seguía profundamente dormida y le dije "Pero no vayas sola, vámonos, te acompaño".
-Sólo tengo 10 euros, a ver para qué nos alcanza.-
A mí no me importaba quedarme sin comer con tal de que ella llenara su pancita y estuviera mejor. Afortunadamente nos alcanzó para una pizza pequeña. Comí una rebanada y cuando ella terminó su primera , le pregunté si iba a estar satisfecha con su mitad, si no para dejarle mi segunda rebanada, pero me dijo que sí, así que ambas comimos y quedamos satisfechas.
Cenando en Venecia después de un largo día...
No hay comentarios:
Publicar un comentario