miércoles, 22 de julio de 2009

En paz, en Venecia


Ya con nuestros boletos a Madrid para el día siguiente, necesitábamos un lugar para pasar la noche. Un hostal fue la solución, barato pero a una hora y media del aeropuerto.

Milagrosamente alcanzó la tarjeta para nuestro hospedaje, lo demás ya no tenía mucha importancia. A las 3 de la tarde nos preparabamos para dormir, ya no podíamos más.

Venecia, un destino que no contemplabamos nos arrullaría esa tarde.

-Hey, despierta, tengo hambre, voy a ir a comer algo.- Me dijo

Me asusté un poco porque yo seguía profundamente dormida y le dije "Pero no vayas sola, vámonos, te acompaño".
-Sólo tengo 10 euros, a ver para qué nos alcanza.-

A mí no me importaba quedarme sin comer con tal de que ella llenara su pancita y estuviera mejor. Afortunadamente nos alcanzó para una pizza pequeña. Comí una rebanada y cuando ella terminó su primera , le pregunté si iba a estar satisfecha con su mitad, si no para dejarle mi segunda rebanada, pero me dijo que sí, así que ambas comimos y quedamos satisfechas.

Cenando en Venecia después de un largo día...

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