miércoles, 22 de julio de 2009

En Viena


De Austria sabía poco. Maximiliano, el pobre archiduque que quería ser rey de México era de Austria, las voces angelicales de los niños cantores son de Viena, y definitivamente en Austria no hay kanguros.

Pero...

A donde voltees hay edificios magníficos, esculturas bellísimas y palacios con enormes jardines. Los dos primeros lugares significativos que visitamos fue el Palacio Imperial adornado por
recorridos en caleza y el Palacio de Schonbrunn, que definitivamente podría haber sido la inspiración del ballet del Lago de los Cisnes. Tiene una hermosa fuente con lirios acuáticos y una escultura de bronce en medio, está rodeada por una fila de arbolitos arqueados que simulan un puente natural.

Estaba yo en esa contemplación cuando me dieron ganas de hacer pipi, y lamentablemente como una naca tuve que esconderme detrás de unos arbustos porque el siguiente baño quedaba a kilómetros de distancia. Me dio pena porque sentí que mancillaba tan hermoso y casi inmaculado terreno.

El cielo empezaba a nublarse y sin poder ver lo que faltaba tuvimos que correr. La lluvia era tan fuerte que entramos a un "mall" y tomamos un "starbucks" a la salud de Estados Unidos
(nooooooooooo).



No hay comentarios:

Publicar un comentario