lunes, 20 de julio de 2009

Aún en Praga

Después de recorrer calles y calles, caras y caras, edificios y catedrales y palacios, fuimos a comprar el boleto de tren para Budapest.

-Queremos dos boletos para mañana a las 7am a Budapest, porfavor.-
-Son 2900 coronas.-
-Claro, aquí está la tarjeta.-
-Veamos...No, no tiene suficientes fondos.
-¡Qué! No, eso no es posible porque hemos gastado poco.
-Pues sí lo es, si gusta revisar en un cajero...

Se nos debilitaron las piernas más de lo que ya estaban por el cansancio, y de pronto se nos paralizó el corazón. ¿Qué habíamos despilfarrado todo el dinero de nuestro viaje?. No nos habíamos ido de antro, ni habíamos comprado ropa ni esas gordas muñecas checas llamadas mamushkas.

Algo andaba mal, ah pero... el cielo seguía sin dejarnos y esa era sólo una prueba de fe para que siguieramos confiando que al igual que al principio, lo que faltaba del viaje, sería perfecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario